miércoles, 30 de octubre de 2013

Tejón, el cachorro

Después de las visitas frecuentes a Dave mientras me acompañaba la zarigüeya, me sentía muy feliz con mis nuevos amigos, incluso los considero como parte de mi familia. Dave ha venido a visitarnos, y nos hemos contado muchas historias, algunas muy divertidas y otras no tanto, pero creo que al final lo que importa es la convivencia.

Hace unos días nos sucedió algo muy triste; después de recorrer el bosque descubrimos que si seguíamos río abajo el bosque era atravesado por una especie de piedra extraña, por donde pasan enormes seres a velocidades muy altas, ¡estos seres llevan humanos en su interior! y lo más extraño es que van solo por esa extraña roca plana que es muy larga y peligrosa porque estos seres no se detienen por nada. Lo triste de ésta historia fue cuando finalmente uno de estos seres se detuvo, y desde dentro de él, el humano arrojo a un pobre cachorro y se fueron por la piedra plana perdiéndose a lo lejos.

El pobre cachorro estaba muy asustado, lloraba por su familia y corrió detrás de ellos, Zarigüeya fue corriendo detrás del cachorro para asegurarse de que no le pasará nada, y yo me quede cuidando a Dave ya que no sabía que era lo que ocurría. Empezaba a oscurecer y Zarigüeya no regresaba, entonces decidimos volver a casa, al fin y al cabo ella sabía como regresar.

En la madrugada Zarigüeya llego a casa y el cachorro venía con ella, el pobre no podía ni hablar, estaba temblando de miedo y llorando por su familia, puse un par de ramas de enebro al fuego para calentarle un poco porque las noches ya eran muy frías cuando aún faltaba un mes para el invierno, y puse un poco de té al fuego, Dave le dio un poco de la mermelada de frambuesa. El cachorro se tranquilizo, nos contó que no sabía porque su familia lo había dejado en este bosque.
-Entonces tu familia... ¿Te ha abandonado?
-¡Noooooo! ¡Sé que volverán!
-Y los esperaremos. Por cierto ¿Cómo te llamas?
-El más chico de mi familia me llamaba Tejón, eramos inseparables
-Entonces los esperaremos en aquella roca plana.
-¡Gracias!

Lo triste de esto es que pasaron muchos días y nunca apareció la familia de Tejón.

Ahora Tejón vive con nosotros, pero siempre esta triste, no quiere hablar con nosotros, solo se sienta junto al fuego con su mirada perdida.