domingo, 20 de enero de 2013

El erizo y la niebla

Se dice y se habla de muchas cosas acerca de la estabilidad emocional, pero lo cierto es que resulta difícil aceptar que todo puede ir bien hasta que te involucras demasiado con una persona. Trato de escribir esto de forma objetiva pero la verdad es que no puedo, puesto que nunca ha sido lo mío lo de ser una persona objetiva, simplemente tengo mi opinión y es todo lo que sé.

La triste realidad es que no se puede dejar el pasado atrás y ni mucho menos negarlo, y es por eso que todos somos esclavos de nuestras propias acciones y palabras. Todo esto es muy triste porque nuestras capacidades al final de cuentas son limitadas por la incertidumbre y la fría sociedad en la que vivimos, pues dentro de esta niebla hasta el más pequeño erizo resultaria víctima de esta ridicula sociedad que te hace ser solo uno más en este movimiento masivo de masas que extrañamente aunque esten en movimiento nunca van a llegar a alguna parte puesto que sus acciones son tan limitadas que prácticamente lo único que decidirán en sus vidas será el color de su nuevo teléfono o de su auto de lujo, al intentar comprar su felicidad, la cual parece nunca llegar.

Y yo sé que no tengo un gran nombre, y que mi opinion es simplemente algo minúsculo que se pierde en la infinidad de opiniones que existen y eso no me entristece, yo soy feliz con despertar cada día, aunque la niebla cada vez es más espesa y eso me hace sentir un malestar, ese sentimiento de que en cualquier momento podría morir sofocado. Siempre es difícil respirar con la niebla cubriendo todo este lugar, muchos me preguntaran ¿por qué no sales de la niebla? Pues la respuesta a eso es que yo hace tiempo que decidí adentrarme en esta niebla, por más peligroso que fuera, soy un simple erizo y no tengo nada que perder, nunca he tenido nada más que mis púas que ahora de lo gastadas que estan; y como no lo estarían despúes de tantas veces que me salvaron mi pellejo; ya no pueden proteger lo que queda de mí. Solo soy un erizo desgastado y solo en este mundo que aunque este lleno de personas cada vez estamos más solos.

La vida como erizo es muy sencilla cuando te dedicas a hacer lo que un erizo debería hacer, pero un día decidí ayudar a un perro viejo a cazar, mi ayuda; aunque hice todo lo que estaba a mi alcance; no sirvió de mucho, y mis intentos fueron en vano. Al final le compartí de mi comida y eso lo ayudó un tiempo, hasta que un par de oseznos necesitaban alimento y su madre acabo con el pobre perro viejo. Yo lo consideraba un amigo, y le compartía lo poco que tenía. Y el me salvó el pellejo de un puñado de zorros muchas veces, y en una ocasión hasta de un búho, y lo triste es que el ya no esta, y ahora no es nada más que eternidad. El es parte de la gran cadena, "todo es uno, uno es todo".

Eso es un poco de mi vida, otra parte es que yo nunca he podido convivir con otros erizos y la culpa es mía por tener esta vida de ermitaño y cascarrabia. No tengo tacto al hablar y no me agrada conversar. El único amigo que de verdad tuve; aparte del perro viejo; fue Blanco, un caballo de las llanuras que también decidió adentrarse en esta niebla. Blanco me enseño a tener calma para poder respirar lento y profundo, a ser más sereno y actuar de manera acorde a la situación, así es como sobrevivimos tanto tiempo en esta niebla. Él no corrió con mi suerte, un grupo de personas le atraparon y se lo llevaron lejos, no he sabido nada de él desde entonces, todos los días lo espero a la hora del almuerzo, puesto que antes solíamos almorzar juntos todos los días. Parece que el nunca va volver, ahora estoy solo de nuevo.

Y eso es un poco de mi historia hasta ahora, espero seguir respirando para la próxima vez que decida compartir parte de mis historias, experiencias, vivencias y relatos. Buena suerte.