lunes, 16 de diciembre de 2013

¿Volviendo a lo mismo de siempre?

Siempre llega un momento en el que me pregunto: ¿Qué mierda estoy haciendo con mi vida? Han pasado cuatro días y no he podido dormir más de 12 horas, y ya está. No logro entenderlo del todo, un día estoy disfrutando con los amigos una lluvia de estrellas y al otro disfrutando de una fogata. Me lo he pasado de puta madre, pero esos pequeños lapsos de tiempo en los que debería estar haciendo algo productivo; aquí es donde no tiene sentido explicarlo; carezco de ideales que pudieran compartirse con alguien puesto que no valen para nada, en estos días la gente esta muy enojada con la situación actual del país, pero esto ya se veía venir y como decía mi abuelo: "Nunca confíes en los políticos". Algo conocía el pobre hombre.

Nunca voy a entender nada del mundo y lo más grandioso es que no me interesa. Tratar con la gente es algo muy tedioso e insufrible, la persona promedio es el ser más imbécil que podrás encontrar durante todo lo largo de tu vida, aléjate de las personas, no pienses en lidiar con semejantes barbaries, ahórrate los problemas.

Me gusta estar tumbado en la banqueta una vez que todos se duermen, poco después de las 3:00 a.m. disfrutar del silencio absoluto y disfrutar de mi mismo. El frío me hace recordar que no todo es tan triste, podría ser triste y frío, pero nunca he encontrado nada que cumpla con ambas. También disfruto de mi mismo, estar tumbado en la cama, sin molestar a nadie, sin que me molesten, pero siempre tengo que salir y a cada lado que veo solo veo la misma gente, haciendo las mismas cosas de siempre, con su actitud pedante y poco amigable con su entorno, creyéndose el centro del universo y que sus problemas son los únicos en este puto mundo, donde lo que sobran son personas y problemas.

Yo tirando mierda otra vez, vaya novedad.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Tejón, el cachorro

Después de las visitas frecuentes a Dave mientras me acompañaba la zarigüeya, me sentía muy feliz con mis nuevos amigos, incluso los considero como parte de mi familia. Dave ha venido a visitarnos, y nos hemos contado muchas historias, algunas muy divertidas y otras no tanto, pero creo que al final lo que importa es la convivencia.

Hace unos días nos sucedió algo muy triste; después de recorrer el bosque descubrimos que si seguíamos río abajo el bosque era atravesado por una especie de piedra extraña, por donde pasan enormes seres a velocidades muy altas, ¡estos seres llevan humanos en su interior! y lo más extraño es que van solo por esa extraña roca plana que es muy larga y peligrosa porque estos seres no se detienen por nada. Lo triste de ésta historia fue cuando finalmente uno de estos seres se detuvo, y desde dentro de él, el humano arrojo a un pobre cachorro y se fueron por la piedra plana perdiéndose a lo lejos.

El pobre cachorro estaba muy asustado, lloraba por su familia y corrió detrás de ellos, Zarigüeya fue corriendo detrás del cachorro para asegurarse de que no le pasará nada, y yo me quede cuidando a Dave ya que no sabía que era lo que ocurría. Empezaba a oscurecer y Zarigüeya no regresaba, entonces decidimos volver a casa, al fin y al cabo ella sabía como regresar.

En la madrugada Zarigüeya llego a casa y el cachorro venía con ella, el pobre no podía ni hablar, estaba temblando de miedo y llorando por su familia, puse un par de ramas de enebro al fuego para calentarle un poco porque las noches ya eran muy frías cuando aún faltaba un mes para el invierno, y puse un poco de té al fuego, Dave le dio un poco de la mermelada de frambuesa. El cachorro se tranquilizo, nos contó que no sabía porque su familia lo había dejado en este bosque.
-Entonces tu familia... ¿Te ha abandonado?
-¡Noooooo! ¡Sé que volverán!
-Y los esperaremos. Por cierto ¿Cómo te llamas?
-El más chico de mi familia me llamaba Tejón, eramos inseparables
-Entonces los esperaremos en aquella roca plana.
-¡Gracias!

Lo triste de esto es que pasaron muchos días y nunca apareció la familia de Tejón.

Ahora Tejón vive con nosotros, pero siempre esta triste, no quiere hablar con nosotros, solo se sienta junto al fuego con su mirada perdida.

domingo, 4 de agosto de 2013

Un día conmigo mismo.

al abrir el refrigerador me di cuenta de lo triste que sería el resto del día, un par de cervezas y unas rebanadas de pizza de hace 3 días es lo único aceptable que había dentro del refrigerador. Sin ánimos de calentar la pizza, tome una cerveza y me senté en este sillón... el silencio era brutal, podría decir alguna de las pendejadas que siempre digo, de esas que nunca agradan y terminan dejándome un sabor amargo en la boca; pero aún así no acabaría con ese silencio. Es un silencio que te atrapa y te hace desear que todo acabe rápido, te hace pensar más de lo que deberías: Debí haberme ido cuando pude, podría estar en otra parte disfrutando este día, ¿algún día saldré a la calle a rehacer mi vida?, algún día dejaré de odiarme. La lista sigue, lo que me mantiene cuerdo es que lo ignoro todo, así despierto día a día.

Hace un calor de la chingada, y la lluvia me hace sentir inmundicia, lo bueno que los truenos están rompiendo este silencio mortal. Yo lo odio todo, quisiera caer inconciente con mis propias palabras, hasta que pase el tiempo y la tierra me cubra, mis extremidades sean rodeadas por las raíces y que la madre naturaleza se olvide de quien fui alguna vez, sobre todo que la gente llegara a perdonarme, este día ni mi perro me voltea a ver, me mordió para que lo dejará en paz. La electricidad volvió a la casa, esta casa muy vieja, esta casa que no me vio crecer, sino que me vio descarriarme, en esta casa he contado mis secretos mas guardados, mis pensamientos más oscuros, donde cometo la mayoría de mis estupideces.

Mi alcoba es un desastre nunca la he limpiado, tengo pegado en una esquina un par de posters que fueron regalos alguna vez, y mi puerta es un mural de mi mente retorcida, mi madre ha intentado borrar lo que ahí dice, pero yo siempre lo volvía a escribir y se dio por vencida diciendo que yo no tenía solución. En el baúl de mi cuarto guardó mis juguetes de cuando era pequeño, no los ocupo ahora, pero me agrada saber que están ahí, tiene pintado un paisaje con un león y una jirafa de peluche, lo pintó mi padre que alguna vez tuve, a veces me saca una sonrisa ver esa pintura, siempre voy a saber que está ahí y eso me agrada.

Espero que mañana no recuerde nada de lo que viví hoy.

lunes, 17 de junio de 2013

La zarigüeya y el erizo.

Hace días que conocí a una zarigüeya que estaba perdida en medio de esta niebla, se veía algo tranquila pese a que estaba perdida. Al presentarme, le pregunté si tenía familia o algún conocido, y me dijo que si, pero a la vez no, puesto que las relaciones que mantenía con todos eran mucho de casi nada, y no valían de mucho puesto que ella siempre había sido muy distante. Le seguí preguntando acerca de ella por un buen rato, hasta que dí con la pregunta correcta:
-¿Y ahora? ¿Qué es lo que vas hacer ahora?
-Nada, puesto que no hay nada que hacer. Me voy a quedar aquí.
-Vale, en el tronco hay espacio, puedes quedarte.
-Eres simpático, pero muy iluso.
-¿Eso es un insulto o un cumplido?
-Ninguno de los dos, a veces nada tiene sentido, nada tiene que ser a fuerzas una cosa.
-Veo a lo que te refieres, pero ¿Esa es la manera en la que ves las cosas siempre? No es una manera optimista, o realmente no lo sé, es como más bien una aceptación total a todo lo que pasa de una manera desinteresada.
-Se podría decir que tienes razón, pero eso es entrar en trivialidades, nada es importante, o al menos que tu quieras que sea importante, todo es simple.
-Me estoy confundiendo, pero si tu lo dices, diré que es cierto.
-No tienes porque hacerlo.
-Vale, pero deja de actuar de esa manera tan desinteresada.
-No puedo hacerlo, pero lo intentaré.
-No tengo nada que decirte.
-Vale, ¿Qué hay de comer?
-Moras.
-¡Genial!

El encuentro con la zarigüeya me puso a pensar, que sería de mí si dejará de darle importancia a las cosas sin sentido, podría hacer lo que me gusta y dejaría de preocuparme tanto. Intentaré ser como la zarigüeya, pero solo un poco.

A veces puedes aprender cosas de quienes te rodean, es cuestión de prestar atención.

Otra historia de un erizo, que más que curioso, es un buen erizo... Tanto que él se lo cree.

lunes, 15 de abril de 2013

Dave es ciego

Siempre han sido como 5 minutos... pero con la cabeza debajo del agua.

Nunca es fácil adaptarse a un cambio y más cuando es algo repentino, yo no podría nunca acostumbrarme nunca a nada, inclusive si el cambio fuera gradual, siempre me atiborro pensando en que sigue después tanto que llego a un punto en el que no me importa que es lo que viene después, llegando a mandar todo al carajo, pero me vuelvo a animar, sabiendo que mi meta siempre es la misma.

He adquirido una serie de habilidades y aptitudes, que no valen para nada, podría escribir un libro de como nunca lograr nada, siempre he realizado cosas con el temor a equivocarme, pero al final siempre alcanzo lo que esperaba, de una u otra forma puedo lograrlo, lo difícil sin duda es cuando no puedes arreglarlo, siempre es triste dar una noticia así.

Ahora, siempre hay alguien para ayudarte, les cuento una historia del pequeño erizo.

"Hoy decidí salir de noche, caminé junto al río, hasta el pie de la montaña. Me vi a mi mismo parado frente a la gran montaña, tenía ese aire de grandeza, ese sentimiento inalcanzable, yo sabía que no podía escalarla, después de todo, estoy metido en esta niebla que me limita la mayor parte del tiempo. Al no poder subir por la montaña me vi obligado a rodear por el borde, camine un par de minutos, y encontré una cueva, que parecía tranquila e inhabitada, me proyectó seguridad, y me quedé a pasar la noche. Al poco rato escuche un par de ruidos, pregunte que si quien estaba ahí, pero nadie respondió, el resto de la noche estuvo tranquila hasta que empezó a llover, y la tormenta trajo consigo los relámpagos que azotaban todo el lugar, iluminando la cueva de par en par. Uno de esos relámpagos me hizo ver una sombra extraña al final de la cueva, justo después escuche un ruido que venía de esa parte de la cueva, cada vez se escuchaba más cerca, y sentía una presencia inquietante, el ruido se hizo más fuerte, juraría que estaba a punto de ver que era lo que se acercaba, la oscuridad absorbió todo el momento, y un relámpago iluminó todo el lugar, dejando ante mi la figura de un ser con garras en sus manos, de aspecto extraño e impotente, le hable de frente y con voz firme:
-¿Quién eres tú?
-Soy un topo, mis amigos me llaman Dave.
-¿Puedo llamarte Dave?
-Depende de si quieres ser mi amigo.
-Estaría encantado.
-Entonces seremos amigos.
-Vale.
-Vale.
-Y, ¿Qué haces por aquí?
-Aquí vivo, te escuché llegar hace horas.
-¿Y por qué no me hablaste, en igual de llegar de sorpresa?
-Quería saber que era lo que tramabas, por eso me quede a la espera.
-¿No viste que simplemente soy un erizo buscando refugio?
-Yo no puedo ver nada, soy ciego.
-Eso no lo sabía, ¿Y como es ser ciego?
-Es igual a no ver nada, y ya. No puedo decirte más, porque te estaría mintiendo.
-¿Eres feliz siendo ciego?
-No necesito ver para ser feliz, mi olfato y mi tacto me han ayudado toda mi vida, a ellos les debo todo, y nada me hace más feliz que cavar en todas direcciones.
-Interesante, yo no puedo hacer muchas cosas, soy un erizo, solo se hacerme bolita cuando estoy en peligro.
-Vaya, si tan peligroso es el exterior, tal vez podrías dormir esta noche en la cueva, nadie entra aquí, y a mí no me molesta tu presencia, puedes quedarte.
-Vale.
-Vale.

Esa fue la primera vez que conocí a un topo, Dave era muy amigable, y servicial, a la mañana siguiente, me dio un trozo de una roca muy brillante que se encontró mientras excavaba, la usaré para decorar el tronco en el que vivo, si esta niebla me permite volver a mi casa, seguiré el río hasta llegar al gran sauce."

lunes, 18 de marzo de 2013

Nunca es divertido

Nunca es divertido estar sentado pensando en todo lo que pude haber dicho, en todo lo que debí haber callado, en lo que pudo ser, en lo que hubiera pasado. Me enorgullece decir que yo no suelo hacer ese tipo de cosas, tengo muy claro que es una perdida de tiempo, puesto que no tiene sentido y no se puede cambiar el pasado, pero uno de mis pasatiempos favoritos es perder el tiempo. Me encantan las noches donde el silencio es absoluto, el frío golpea mi pecho y me hace temblar, la respiración se vuelve pesada y olvido por completo que al día siguiente amaneceré con una gripe sin igual. Todas las noches es lo mismo, las cosas pierden el sentido, y me desvió de mi cometido, no sé realmente porque divago, o incluso porque evado el tema, ¿Será acaso que realmente no tiene sentido cuestionarse? Nunca me ha gustado pensar las mismas cosas una y otra vez, mi madre solía decirme que si yo quería encontraría una manera, pero estoy seguro de que mi madre nunca bailó debajo de una lluvia de fuego... Jajaja, esto último es una broma.

Nunca lo habría dicho, y no quisiera compararte, pero para mi siempre vas a ser lo máximo, te lo he dicho muchas veces, y no lo digo por decir, pero tu eres la persona con más devoción que he tenido la suerte de conocer, tu sabes ser objetiva en todo momento, y subjetiva cuando debes serlo, tu eres quien entiende todo sin preguntarlo, siempre tienes tiempo para ayudar y lo haces con una sonrisa en tu cara. Me has enseñado muchas cosas, y estoy muy agradecido, sé que de verdad te importo y te he demostrado que tu también me importas.

Un poco de paciencia, y verás que no solo son promesas.

Has pasado a ser parte importante en mi vida, en mi historia, y en mi persona, nunca podré responder a todas tus preguntas, ni tampoco podré resolver todo tu mundo, pero sabes que siempre estaré junto a ti apoyándote, como lo he estado haciendo todo este tiempo, porque al final de todo el esfuerzo, tu sonrisa siempre vale la pena, no importa el cansancio ni dejar de lado los videojuegos jajajaja.

Sé que no debería escribir estas cosas, pero sinceramente tenía muchas ganas de escribirlo, espero no leas esto en un buen tiempo, espero que te mejores para cuando lo leas, y que aún sigas sonriendo como siempre, sigas siendo esa mujer inalcanzable y nunca te des por vencida.

domingo, 20 de enero de 2013

El erizo y la niebla

Se dice y se habla de muchas cosas acerca de la estabilidad emocional, pero lo cierto es que resulta difícil aceptar que todo puede ir bien hasta que te involucras demasiado con una persona. Trato de escribir esto de forma objetiva pero la verdad es que no puedo, puesto que nunca ha sido lo mío lo de ser una persona objetiva, simplemente tengo mi opinión y es todo lo que sé.

La triste realidad es que no se puede dejar el pasado atrás y ni mucho menos negarlo, y es por eso que todos somos esclavos de nuestras propias acciones y palabras. Todo esto es muy triste porque nuestras capacidades al final de cuentas son limitadas por la incertidumbre y la fría sociedad en la que vivimos, pues dentro de esta niebla hasta el más pequeño erizo resultaria víctima de esta ridicula sociedad que te hace ser solo uno más en este movimiento masivo de masas que extrañamente aunque esten en movimiento nunca van a llegar a alguna parte puesto que sus acciones son tan limitadas que prácticamente lo único que decidirán en sus vidas será el color de su nuevo teléfono o de su auto de lujo, al intentar comprar su felicidad, la cual parece nunca llegar.

Y yo sé que no tengo un gran nombre, y que mi opinion es simplemente algo minúsculo que se pierde en la infinidad de opiniones que existen y eso no me entristece, yo soy feliz con despertar cada día, aunque la niebla cada vez es más espesa y eso me hace sentir un malestar, ese sentimiento de que en cualquier momento podría morir sofocado. Siempre es difícil respirar con la niebla cubriendo todo este lugar, muchos me preguntaran ¿por qué no sales de la niebla? Pues la respuesta a eso es que yo hace tiempo que decidí adentrarme en esta niebla, por más peligroso que fuera, soy un simple erizo y no tengo nada que perder, nunca he tenido nada más que mis púas que ahora de lo gastadas que estan; y como no lo estarían despúes de tantas veces que me salvaron mi pellejo; ya no pueden proteger lo que queda de mí. Solo soy un erizo desgastado y solo en este mundo que aunque este lleno de personas cada vez estamos más solos.

La vida como erizo es muy sencilla cuando te dedicas a hacer lo que un erizo debería hacer, pero un día decidí ayudar a un perro viejo a cazar, mi ayuda; aunque hice todo lo que estaba a mi alcance; no sirvió de mucho, y mis intentos fueron en vano. Al final le compartí de mi comida y eso lo ayudó un tiempo, hasta que un par de oseznos necesitaban alimento y su madre acabo con el pobre perro viejo. Yo lo consideraba un amigo, y le compartía lo poco que tenía. Y el me salvó el pellejo de un puñado de zorros muchas veces, y en una ocasión hasta de un búho, y lo triste es que el ya no esta, y ahora no es nada más que eternidad. El es parte de la gran cadena, "todo es uno, uno es todo".

Eso es un poco de mi vida, otra parte es que yo nunca he podido convivir con otros erizos y la culpa es mía por tener esta vida de ermitaño y cascarrabia. No tengo tacto al hablar y no me agrada conversar. El único amigo que de verdad tuve; aparte del perro viejo; fue Blanco, un caballo de las llanuras que también decidió adentrarse en esta niebla. Blanco me enseño a tener calma para poder respirar lento y profundo, a ser más sereno y actuar de manera acorde a la situación, así es como sobrevivimos tanto tiempo en esta niebla. Él no corrió con mi suerte, un grupo de personas le atraparon y se lo llevaron lejos, no he sabido nada de él desde entonces, todos los días lo espero a la hora del almuerzo, puesto que antes solíamos almorzar juntos todos los días. Parece que el nunca va volver, ahora estoy solo de nuevo.

Y eso es un poco de mi historia hasta ahora, espero seguir respirando para la próxima vez que decida compartir parte de mis historias, experiencias, vivencias y relatos. Buena suerte.