lunes, 23 de enero de 2012

Y cuento, las horas que no pase a tu lado.

Esto que estoy apunto de escribir, es para mí, para ti, y para todas aquellas personas que se han ido, siempre lo he dicho, por los que están y por los que no, por aquellos que estuvieron, y ahora ya no.

Cuando una persona se va de tu vida, es difícil aceptarlo, quieras o no. ¿Quién no se ha encontrado en una situación así? Esas personas que se han ido, sin si quiera poder haber hecho algo al respecto. Aquellas a quien querías mucho, aquel familiar, una mascota, o un buen amigo.

Pero te puedes dar cuenta que el  muere no ha muerto, que el que se fue no se ha ido, que quien no ha llegado ya llegó, el recuerdo hace inmortales a las personas, el problema es la manera en la que te recuerdan.

¿La puta peste?, ¿Idiota? ¿Feo? Son solo algunas de las maneras en las que me recuerdan muchos, ¿Que si realmente lo soy? Si y no a la vez, cada persona tiene su manera de pensar, cada persona me ve a mí de manera diferente.

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