Habían pasado un par de semanas, quizás más del mes, yo había asumido que verla con frecuencia era algo común, y nunca me preocupe demasiado, verla en su momento y a deshoras, hablar poco y hacer como que no es la gran cosa. Pero todos me mencionaban que ella ya no estaba, y de pronto me di cuenta, que realmente no recordaba la última vez que la vi, traté de buscarla y no logre nada, no había señales de ella, le llamé y no me atreví a preguntarle, una charla corta y eso fue todo.
Pero hoy la vi, y al fin pude ponerme al día, ambos habíamos logrado alcanzar nuestras metas y propósitos de a poco, ella sonreía, no por estar feliz de verme, sino de que al fin, podía verme como un igual, yendo con más seriedad, cuidándome, con las ideas claras. Al fin pudo sacarse la preocupación de encima, su trabajo estaba hecho, ahí estaba yo parado escuchándola hablar, en el fondo no trataba de mi, si no de lo que ella era capaz de lograr.
Hoy fue un buen día, todo tiene sentido.
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