viernes, 4 de noviembre de 2016

Vitalino

A ti Vitalino, porque fuiste grande desde pequeño, porque nadie te dijo como serían las cosas, porque te equivocaste un par de veces, porque nos enseñaste que las pequeñas cosas son lo más importante en la vida. A ti, que hoy día ya no estás, a ti el padre de todos, dichoso el que compartió contigo alegrías, más dichoso aún quien estuvo a tu lado en los malos ratos.

Tú, la persona con la que me comparan día a día, a quien dicen que soy su encarnación, tu que desde pequeño llegaste lejos por la simple curiosidad de ver el otro lado de la realidad, una realidad donde la necesidad no hubiera sido puntual contigo, y los problemas de adulto no te atiborraran diariamente. A ti, que te debemos tantos recuerdos, porque al recordarte siempre es con una sonrisa, por tus charras y fechorías, el que nos mantenía unidos aún después de tu partida.

 A ti, que si algún día llegará a ser tan sólo la mitad de lo que fuiste, me sentiría honrado, a ti Vitalino, que nos has llenado de vitalidad, hoy te recordamos como se debe, el padre y abuelo de todos.

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